La importancia de la formalidad tributaria
Por: L.C. Karla Uscanga
En artículos anteriores, hemos abordado el tema de por qué estamos obligados al pago de impuestos y la razón de cumplir con ese mandato constitucional en donde se nos impone la obligación de contribuir como sociedad para alcanzar el bienestar común, en los ámbitos de educación, salud, seguridad pública, infraestructura, etc.
Ante esta obligación, algunos prefieren evadir el pago de estas contribuciones, operando en lo que conocemos como informalidad, sin embargo, debemos tener presente que, aunque el hecho de pagar impuestos sea algo que nos imponen, el ser formales y no evadir los mismos tiene ciertos beneficios.
Todos conocemos a un doctor o un profesionista que no factura por no declarar, o un comerciante que nos factura por medio de un tercero, lo cual va contra la ley ya que quien debe emitir el CFDI debe ser el contribuyente (excepto en casos muy específicos de los cuales hablaremos más adelante). Estas acciones no nos dan una certeza o confianza con quien nos está prestando el servicio, lo cual es perjudicial para su mercado.
Y hablando de los beneficios de estar debidamente inscrito en cuestiones tributarias, vamos a revisar algunos de estos:
- Evitar caer en Discrepancia Fiscal. Para tener claro a que nos referimos con el concepto anterior nos apoyaremos en el Artículo 91 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que nos dice:
LISR Art. 91
Las personas físicas podrán ser objeto del procedimiento de discrepancia fiscal cuando se compruebe que el monto de las erogaciones en un año de calendario sea superior a los ingresos declarados por el contribuyente, o bien a los que le hubiere correspondido declarar.
Como podemos apreciar la discrepancia fiscal es cuando tenemos gastos mayores a nuestros ingresos, lo cual puede traernos problemas futuros con la autoridad, como pueden ser cartas en donde se nos invita a regularizar nuestra situación fiscal o bien se han detectado depósitos bancarios, estas incluso pueden venir con un cálculo ya predeterminado y por ende con un monto a cargo. Sin dejar de lado las multas por no estar inscrito en el RFC las cuales pueden desde $3,470 a $10,410 (Art. 80 CFF) o bien de tres meses a tres años de prisión y multas (Art. 110 CFF).
2. Tranquilidad, sobre todo en nuestro patrimonio, sabiendo que, al no incurrir en supuestos del punto anterior, podemos evitar llegar al embargo de bienes, lo que significaría en la perdida de los mismos.
3. Poder disponer de apoyos gubernamentales, como son ciertos beneficios fiscales tales como la reducción de cierto porcentaje en ISR e IVA para algunos grupos (RIF), obtención de apoyos o créditos, como el famoso crédito a la palabra.
4. Obtención de créditos en instituciones bancarias lo cual es importante ya que con esto podemos contar con una opción de apoyo para la estabilidad y crecimiento de nuestro negocio, o bien, ayudar a solventar alguna eventualidad.
5. Solicitudes de devolución. ¿Y por qué no? solicitar devolución de impuestos a favor, al declarar impuestos y deducir correctamente nuestros gastos, podemos obtener un resultado a nuestro a favor en cuestión monetaria, lo que nos dará un reembolso de los mismos, generando un mejor flujo para el contribuyente.
6. El estar inscritos en el RFC, nos permite ampliar nuestro mercado de posibles clientes, ya que no nos estaríamos negando a emitir una factura.
Al ser informal, lo que se hace es evadir al fisco evitando el pago de impuestos y ante un sexenio agresivo en fiscalización hay que recordar que la misma es considerada como delito penal y si es en asociación con otras personas, delincuencia organizada y las consecuencias nos pueden llegar a costar la propia libertad.
De lo visto en este artículo podemos concluir que es de suma importancia que, de manera general como sociedad, pensemos en los aspectos positivos de contribuir al gasto público, ya que, contrario a lo que se puede pensar, podremos obtener mayores ventajas.